sábado, 19 de diciembre de 2015

Cuando es la última vez que ha llorado Sr. Presidente...?



 Y si hubiera pasado esto en un debate...?




Cuando es la última vez que ha llorado Sr. Presidente…?



La pregunta lo cogió por sorpresa. En ese momento se encontraba cómodo. Estaban justo a la mitad del debate con el líder de la oposición y tenía la sensación de que lo iba ganando. Era el gran debate. Se había preparado concienzudamente con sus asesores en los últimos días.

 A pesar de los cuatro años de gobierno con mucha dificultades, una políticas de austeridad, de recortes impuestos por gobiernos extranjeros y el gran poder económico mundial, de la corrupción inacabable en su partido, de gobernar como decían muchos para una minoría elitista e ir cercenando el llamado estado de bienestar, rescatando a la gran banca y descapitalizando a las clases medias y bajas, a pesar de todo, las encuestas le seguían dando como ganador.


Por eso, se quedó como petrificado mirando a su opositor…, que le estaba preguntado…?.


 Se había preparado para hablar de la gran recuperación económica, sabía desde hacía tiempo que se sentía fuerte porque tenía un grupo de  votantes y seguidores fieles y un país que al hacerse viejo  siempre preferiría lo malo conocido que lo bueno por conocer…, eso según los sociólogos y sobre todo según los medios de comunicación que controlaba.


 Quería destrozar a su oponente comentándole que no tenía autoridad en su partido, porque no tenía carisma, que era solo una cara bonita sin argumentos y que sus políticas de un pretendido acento socialista no tenían cabida en un mundo donde la economía liberal lo era todo.


No calculó el tiempo, no se dio cuenta que los segundos pasaban demasiado rápido y seguía sin articular palabra.

La cámara tomó un primer plano, su mirada era una mezcla de sorpresa e ira, apenas hizo un  gesto para balbucear las palabras que estaban atascadas  en su nuez y envueltas en una saliva amarga que le impedía pronunciarlas.


Millones de espectadores vieron el momento de duda del presidente. Vieron la sonrisa cínica que se dibujó en su cara y sobre todo vieron y escucharon su silencio. La gente en sus casas, también aguardaban atónitos esperando una respuesta. Incluso la periodista que moderaba el debate reconocida por su particular forma de “acosar” a sus entrevistados no supo cómo reaccionar. Asistía incrédula en una posición privilegiada a aquel momento único en la historia de la política y de la televisión de su país…


“ Sr. Presidente…”, le inquirió…


Un minuto, un largo minuto en “silencio” en el debate decisivo.

 La pregunta de la presentadora le hizo desalivar las palabras y el ajuste de su mano acomodándose el nudo de la corbata empujó a las palabras atascadas. 


 Las que salieron en un tono altivo fueron…


 “Llorar, yo no tengo tiempo para llorar,… llorar es de débiles, al trabajo y sobre todo al gobierno se ha de venir llorado”.


Justo en ese momento al ver la mirada de su oponente, le vinieron cientos de imágenes de gente llorando, los estafados por aquel gran robo de las preferentes, los desahuciados de sus casas, los que perdieron a sus seres queridos por los recortes en sanidad, los que no tenían trabajo, los que para buscarlo tienen que dejar su país, las víctimas de una sangría de violencia machista intolerable, los…

En ese instante sintió que había perdido el debate y quizás posiblemente también la presidencia del país…

Se despertó sobresaltado..., había sido un mal sueño. La Lágrima se quedó esperando...